Más allá de noviembre no hay nada.
(Miguel Ángel Curiel, "Por efecto de las aguas")
Querido Kinnaird:
Más allá de hoy no hay nada: el tiempo levanta su muro con estos últimos minutos. Sin embargo, habrá. Será. Con independencia de nosotros. Esa certeza, unida al hecho de vivir frontalmente pegados a este muro, nos lleva a la disociación. Nosotros aquí. Nuestra vista, nuestras ilusiones, nuestro mejor yo, más allá. Siempre más allá. En ese sentido, es posible. Pero como en el mito de Midas, apenas tocamos el futuro, apenas lo rozamos, lo transformamos en presente. La ilusión deviene muro, pero pervive más allá de él. Extraño límite. Pero qué puedo contarte a ti, Kinnaird, o más bien qué puedes contarme tú a mí, tú, para quien ese 12 de marzo de 1830 es hoy, siempre hoy, nunca más que hoy, quizá el mejor hoy para tu mejor tú.
Siempre tuyo,
C. I
Fotografía: C. I
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