miércoles, 6 de julio de 2016

Impajaritable, de Julio Obeso




Una vez al año ediciones Leteo, a cargo del poeta Rafael Saravia, nos obsequia con un volumen de poesía maravillosamente editado y cuidadosamente escogido. Sólo uno.  Esta norma de producción tan exigente conduce de forma inevitable, impajaritable, a poner en nuestras manos algo extraordinario. En esta ocasión el elegido ha sido Julio Obeso, poeta asturiano cuya lectura resulta imprescindible porque siempre descerraja los candados con los que la rutina va aherrojando la mente poco a poco y sin que nos demos cuenta.

Ya en una ocasión anterior señalé esa sensación de absoluta libertad, plasticidad e imaginación que se apodera del lector cuando acomete la lectura de Obeso. Sigue siendo verdad para este como lo era para sus anteriores libros, en los que siempre hallamos una alta tensión emocional que se combina de forma difícil, pero efectiva, con un juego del lenguaje que sabe introducir medidas dosis de humor y desenfado. En este volumen ya desde el título (fantástico americanismo) toda una serie de imágenes y reflexiones de gran originalidad van creando un mundo que se desdobla a partir del mundo real para permitirnos habitar una réplica de éste, si no mejor, más humana. Más real, desde el punto de vista del alma o, como quizá preferiría Obeso, de la mente (si todavía no ha encontrado una palabra que se ajuste mejor a ese concepto evanescente pero sólido que se escapa con habilidad de la prisión de los diccionarios). Es decir, que nos permite habitar en ese lugar donde algunos sospechamos que se encuentra la verdadera realidad (¿no será esta de aquí, de más aquí, la réplica?), en esos "descampados del mundo" donde "los niños se dan calor" y donde, en ocasiones, transitan ángeles despistados y tiernos, únicos seres capaces de elevar una orquídea perfecta.




El discurso que de forma fragmentaria van conformando los poemas se articula a partir de las impresiones y reflexiones que surgen de una sensibilidad que metaboliza en poesía cuanto vive (y en vida cuanto lee) adoptando ante lo evidente rumbos imprevistos pero sutiles. "busco donde no estás/ siempre te encuentro", leemos. Se trata de un indicador de que es otra la lógica que rige esta andadura por un mundo más libre que el acostumbrado en el que las mayúsculas, quizá en una reivindicación de la falta de importancia de los comienzos, se niegan a ejercer sus competencias. Mi impresión es que en Impajaritable nos hallamos ante una profundización en el instante, ante una intensificación del momento como sólo es capaz de proporcionarnos la experiencia poética al empequeñecernos –y engrandecernos en otro sentido– ante el tiempo. "el niño, casi con dulzura,/ aprieta la mano del abuelo./ sin saber por qué,/ hará todo lo posible/ por recordar este momento". Poemas. Apretones de manos.








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