el legado lejano de una estirpe;
una ventana que antes poseyeron
nuestros padres, y los padres de nuestros
padres, generaciones sucesivas
hasta enmarcar por fin nuestra mirada.
Ha llegado tu momento: contempla
aquello que otros nunca vieron antes,
lo que jamás podrás contar a nadie,
construye una vez más el horizonte
sobre el que ha de caer, cuando madure,
la luz vencida por su propio peso.
Y mientras haces guardia ante el umbral
que vierte lo cerrado al infinito
las inclemencias del tiempo, con manos
de alfarero, moldearán tu rostro.
C. I
Bienvenido, querido Carlos, a esto que llaman la blogosfera. No sabes cuánto me alegra poder abrir, por fin, esta ventana. Nos seguimos. Un abrazo.
ResponderEliminarBienvenido a este otro mundo, Carlos. Y bienvenida tu poesía, tu licenciatura en escucha, el cálido fuego de tu razón musical.
ResponderEliminarSeguiré tus pasos, frecuentaré tu casa.
Un abrazo grande, compañero del alma, compañero.
Tu Vik
¡Gracias a los dos por la bienvenida! Alegra mucho encontrar a los amigos, me sentía flotando en el vacío... Un abrazo.
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