tag:blogger.com,1999:blog-63082655196947610162024-03-13T04:46:20.952+01:00la ventana encendida. Poéticas para mirar el mundo. Blog del poeta Carlos IzquierdoPoéticas para mirar el mundo. Blog del poeta Carlos IzquierdoCarlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.comBlogger89125tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-53044623697371615232022-11-20T13:35:00.001+01:002022-11-20T13:35:10.657+01:00<p> <br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz1JBrabTevo03eOAAH1Q1yuDMYNt3LuGl2q4rcuVBJJzlWug-tNP-4WjBcdW-_-ForiUSqruLMzptYm2R1RF8KYePGnlz1SBZyZE8R-bcY92bpZTVclnZ3qsh3KTIeeKmFYbLAuYXkZLxLuqwpmnhSqhPvOkEe4Rt70_wA31eGd-LBi8CvUawztMd/s1666/Greenwich%20portada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1666" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz1JBrabTevo03eOAAH1Q1yuDMYNt3LuGl2q4rcuVBJJzlWug-tNP-4WjBcdW-_-ForiUSqruLMzptYm2R1RF8KYePGnlz1SBZyZE8R-bcY92bpZTVclnZ3qsh3KTIeeKmFYbLAuYXkZLxLuqwpmnhSqhPvOkEe4Rt70_wA31eGd-LBi8CvUawztMd/s320/Greenwich%20portada.jpg" width="192" /></a></div><p></p><p style="text-align: center;"> </p><p style="text-align: center;">I</p><p><a href="https://novela.algaida.es/libro/poesia/greenwich-pablo-luque-pinilla-9788491896135/" target="_blank"><i>Greenwich</i></a>, libro con el que Pablo Luque obtuvo el premio de poesía Kutxa Ciudad de Irún en su edición de 2021, es, como su título indica, un meridiano: su estructura viene atravesada por un eje que es, a la vez, signo y símbolo, y por el que nos trasladamos a través del tiempo siguiendo el tránsito de la luz. Un tiempo acotado y breve, el espacio de un día; pero comprendemos que eso, también, es un símbolo, uno que evoca en nuestra mente la definición de los seres humanos que, desde la Biblia y hasta ahora, resuena en la poesía: seres de un día. Es lo que somos. <i>Greenwich</i> se enmarca en la tradición de los libros que dan testimonio de un viaje, y si bien la luz se mueve geográficamente, queda de manifiesto en el poemario que tiene un desplazamiento interior más acusado si cabe. El propio título, decíamos, supone ya una guía, y el autor nos proporciona claves de lectura tanto en el prólogo como en el epílogo; sin embargo, recomiendo acometer la lectura dejando para el final estos desvelamientos, no tanto con el fin de gozar de una sorpresa, como de ejercitar la labor esencialmente lectora, que es una labor de descubrimiento. No obstante, sé que no revelo nada en contra de mi propio consejo si avanzo que muchas de estas claves se hallan en las referencias y citas que contienen los poemas y que atraviesan los textos con metalecturas que enriquecen, que dan profundidad, que vinculan los textos con una tradición. Así, por ejemplo, la cierva del salmo que busca las corrientes de agua pura; la novia que encuentra la alheña en el ramo de Engadí; el punto medio en el camino de la vida; el báculo de Jacob.</p><p style="text-align: center;">II<br /></p><p>6:55 de la mañana. El arranque poético tiene fuerza: la belleza que el mundo nos ofrece al abrir los ojos y que es capaz de despertar en nosotros el instinto básico de poseerla, de extender hacia ella la mano en un impulso de supervivencia, es solo un trasunto que deja insatisfecho: despojos, colores no absorbidos, "<i>sobras de la luz/ en su tropiezo con las cosas</i>". A continuación afrontaremos con Luque el contraste que se produce entre el mundo artificial remedado por el hombre -botones, rectángulos cromados, aparcamientos- y el mundo natural -el rumor de los gorriones en la acera-, pero los descubriremos unidos por un puente, que es el acompañamiento, ese espacio en el que habita el amor, siempre en tránsito entre dos orillas. Y en la medida en la que todo poemario es una mano tendida al acompañamiento del lector, hay en él un ejercicio de amor.<br /></p><p>Desde este despertar, y con ese acompañamiento (hay otros posibles, pero están en otros autores y en otros libros), por medio de la alternancia entre poemas breves, de métrica contenida, con poemas más narrativos en versículos, que en ocasiones desembocan abiertamente en la prosa, acompañaremos al autor por un mundo en el que lo hermoso, por ser hermoso,
no deja de infligir dolor, especialmente por sus carencias o sus
pérdidas ("<i>es blanco el día/ y duele</i>"); y en el que el amor, por
supuesto, no excluye la presencia de otros sentimientos como el
escalofrío o la rabia: es más, podríamos decir que su victoria, la del
amor, radica en conseguir integrarlas en sí. Así, el recorrido que traza el poemario es el de la mirada sobre las cosas, imprimiendo un sentido a lo contemplado, interiorizándolo hasta metabolizarlo en el propio ser. Pero además, la experiencia del autor se abre también en un amplio recorrido geográfico que abarca el planeta entero y por el que se desplazan los poemas, completando el recurso del tránsito: Madrid, Malmoe, Rangali, Nueva Jersey... <br /></p><p>16:30 p.m. Alcanzando el punto álgido de la tarde,"<i>diadema de la luz</i>", encontramos la cruz bajo la alegoría del árbol. Es una hora
fijada en la historia, y un símbolo, o una prefiguración si se quiere,
fijada en la literatura. Encontrar ese árbol, nos dice, transparenta
casi todo el bosque. Solo por medio de ese símbolo podemos residenciar
la paradoja por la que algo, a un tiempo, constituye travesaño en la
que se está clavado y rama desde la que se alza el vuelo. </p><p>16:45. Apenas un poco
más adelante encontramos el pozo, que entronca con ese pozo claustral
que nuestros antepasados erigieron en símbolo de la unión entre el cielo
y la tierra en otra suerte de eje, este vertical y ascendente. Imagen
acertada, pues tiene el pozo un núcleo transparente, que es ese agua en
la que en la profundidad se refleja la altura del cielo y, si nos
asomamos, nuestro propio rostro. </p><p style="text-align: center;"> III <br /></p><p>El poeta se halla <i>in mezzo del camin de sua vita</i>, en medio del camino de su vida (vemos aquí otro vínculo con la tradición), y algunas pérdidas ya comienzan a producirse inevitablemente. Y lo que ensaya a decir desde ese punto en el que alcanza a contemplar un territorio que puede llamar propio, es que lo que preside el recorrido es el misterio. "<i>¿Cuándo contemplaré el rostro del misterio?</i>", exclama en un verso anhelante, contradictorio acaso, por lo que supone de destrucción de lo que conforma la esencia del misterio, pues no puede ser desvelado sin perder su naturaleza. Tendemos a identificar la contemplación con la serenidad, yo por lo menos lo hago y, aún más, tiendo a ello como ideal; pero aquí, y eso es algo que llama la atención, el poeta no se limita a compartir con nosotros el fruto de esa contemplación, sino que nos entrega descarnadamente su proceso como el de un ser herido por todas las pasiones y postrado por todas las debilidades. Así, por ejemplo, en uno de los poemas en los que, con el ansia de la cierva que clama por las corrientes de agua limpia, vemos encenderse el dolor, el ansia extrema, el odio o la cólera, y descubrimos "<i>agujeros en los sedientos labios</i>", "<i>manos y uñas escarbando</i>" en la tierra, "<i>la iracunda cuchilla de la angustia</i>". Por todo esto, la Poesía se revela como la forma idónea de expresar el amor: porque en un mundo en el que todo es misterio (digamos que el poeta no pretende tener la clave de nada, aunque maneja sus códigos) lo que se ama se encarna en signos que no le pertenecen y que necesitan ser pronunciados. </p><br /><p><br /></p>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-9896372851617470282021-05-24T13:18:00.003+02:002021-05-25T14:15:59.589+02:00"Cuerpos de Cristo", de Antonio Praena<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.visor-libros.com/tienda/colecciones/coleccion-visor-de-poesia-1/cuerpos-de-cristo.html" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="640" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-zb4MviTzpdQ/YJ7OiWzWN6I/AAAAAAAAAss/AFU1927ZfiossrNMliPE3rCPEfOhbx7ugCLcBGAsYHQ/w256-h400/Cuerpos%2Bde%2BCristo%2Bpostada.JPG" width="256" /></a></div> <p></p><p style="text-align: center;">I <br /></p><p>Ya desde el título, este poemario arranca con una fuerza expresiva que no lo abandona hasta el final y que hace que el lector lo cierre con un escalofrío de emoción. Es Praena un poeta de corte clásico en la forma, pero en absoluto clasicista: su verso, de línea clara por utilizar el término gráfico del dibujo que también ha sido aplicado con frecuencia a la poesía, de ritmo marcado y de un cuidado metro de libre combinación, de tono conversacional a la vez que meditativo, le sirve de vehículo para una reflexión de hondo calado teológico expuesto a través de poderosas imágenes que se apartan de lo conocido y de lo esperado, medios a través de los cuales se opera una apertura del corazón que es plenamente moderna, por intemporal y por desgarradoramente sincera. En estos poemas encontraremos los selfis, o la oficina de cáritas parroquial, conviviendo con el obispo Braulio de Zaragoza, con el concilio de Éfeso o con el abrazo hipostático; la metadona del drogadicto terminal o la intubación del moribundo en UCI, con las flores del espino blanco, o con las llagas de Cristo, o con la Grecia que muestra su espejismo clásico al otro lado del mar.</p><p style="text-align: center;">II</p><p>Antonio Praena es un poeta consagrado, indispensable en el panorama poético en
lengua española, que ha obtenido algunos de los más reconocidos premios: el Gil de Biedma, el Tiflos o el Emilio Alarcos, con el que
acaba de ser distinguido este poemario último que ahora nos ocupa, por citar algunos. En mi opinión,
el autor representa, en una línea muy visible de la creación
contemporánea, una apuesta por la trascendencia que quizá sea su
característica más destacada. Su forma de llevar el poema al texto
–podríamos hablar de cualquiera de sus libros: <i>Historia de un alma</i>,
<i>Actos de Amor,</i> <i>Yo he querido ser grúa muchas veces</i>– arranca de una emoción y toma cuerpo siempre con el
trasfondo de un infinito pleno de sentido, con la sólida musculatura
filosófica del profesor de teología que no evita, sino que recurre con naturalidad, a los términos y a los métodos de su ciencia filosófica. Es ahí donde el autor, con plena
confianza, imprime ese sello personal que no le importa presionar a
fondo. Estoy convencido de que cualquier lector que se
acerque a los poemas de Praena recibe el impacto emocional con
el que estos nacen, independientemente de las creencias, o descreencias
personales, que se profesen, porque el territorio del dolor y del amor es común para todos; pero desde el espacio compartido de la misma fe, cuando eso sucede, la belleza, el temblor de la emoción, adquieren una dimensión distinta. <br /></p><p style="text-align: center;">III <br /></p><p>El poemario se escinde en dos partes: <i>Vosotros</i> y <i>Ecce Homo</i>. Esta última, una referencia explícita al dolor de la muerte –a la muerte con dolor–, pero también a
la esperanza de la Resurrección, está dedicada a un entrañable amigo fallecido en la
pandemia de covid, compañero del autor en el sacerdocio. La primera sección, por su parte, integrada en el conjunto que conforma el poemario por la fuerza de atracción de ese <i>ecce homo</i> que se muestra desvalido ante nosotros, constituye un desfile de personas –de unos "otros", de un "vosotros"– que son importantes para el poeta, muchos de los cuales ya se han ido o ni siquiera han llegado a ser conocidos nunca por este, a causa del tiempo o la distancia. Como los estudiantes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa, por ejemplo, merecedores de un durísimo e impactante poema cuyo final rompe nuestros esquemas mentales de falsa distancia. Porque estos versos conforman el testimonio de un hombre que ha elegido vivir su existencia en la entrega de sí mismo, sabiéndose no tanto un personaje protagonista de su propia historia, como un actor secundario en la vida de los demás; lo cual supone, me parece, una oportuna enseñanza porque muestra la verdad desde un ángulo poco frecuentado. Ambas partes del poemario se cohesionan en una sólida unidad temática y de sentimiento.<br /></p><p style="text-align: center;">IV<br /></p><p><i>Cuerpos de Cristo</i> es un poemario erigido, pues, sobre el dolor de la pérdida, pero es al mismo tiempo un cántico de gratitud y hasta, me atrevería a decir, de alabanza. Ya en el primer poema se expresa el convencimiento de que cualquier pequeño acto nuestro de entrega es un acto creador, de proyección inmensa y desconocida en las vidas de los demás, y de que por esa razón "<i>existen en la tierra algunos justos/ que sostienen la tierra</i>". Pero ese hueco que deja la ausencia de los justos a los que amamos, al tiempo que inaugura un vacío, "<i>permanece en lo abierto</i>" como un dintel que se constituye en "<i>servidumbre de paso/ del cielo en que se funda</i>". Es extraordinaria, y esperanzadora, la idea que expresan estos versos que conmueven a la reflexión. Así pues, el poeta es consciente de que tras la pérdida del ser querido lo que debe iniciar es un diálogo consigo mismo con el que aprender a dejar partir, una lucha por heredar la alegría que le lega la existencia de los seres amados. El muerto, nos dice tanto el poeta como el teólogo, es indiferente para la tierra y para la lluvia; pero su vida es semilla, que fructifica en la tierra, bajo la lluvia. Vivir es, sí, una lucha en la que hay afrontar el dolor, y la fealdad, y la miseria, pero entre tantas llamadas y ante tantas posibilidades –de abandono, de error, de derrota– "<i>elegí la belleza,/ su forma de abrazar igual que abraza/ la luz todas las cosas de este mundo que están rotas</i>". Y la forma escogida para observar el mundo desde la belleza es ese punto de vista <i>sub especie aeternitatis</i> en el que se tiene la certeza de que "<i>los tiempos venideros han prescrito", </i>de que<i> "vivo o muerto,/ ocurra lo que ocurra/ (...) lo que haya de venir ya ha sucedido</i>".<br /></p><p style="text-align: center;">V</p><p><i>Sub especie aeternitatis</i>, bajo la perspectiva de la eternidad, donde este libro encuentra su verdadero significado, sabemos que cualquier acto nuestro de entrega tiene un valor y una proyección inmensos en las vidas de los demás. La gran fuerza del título reside en el hecho de que este no resulta inocuo, de que nos golpea con fuerza porque intuimos lo que se oculta tras él y de qué manera nos compromete. Así, el libro se encabeza con una cita evangélica de San Mateo que constituye un pilar fundamental de la enseñanza de Jesús: "<i>En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo habéis hecho</i>". Hemos de ver en cada persona, pues, al mismo Cristo, que de forma misteriosa pero real está presente en el prójimo. Podemos salvarlo o crucificarlo de nuevo. Es así como la redención sigue operando en la historia; y es también de esta manera como podemos completar en nuestro propio cuerpo lo que falta a la Pasión de Cristo, plena en sí misma, pero que necesita de la aceptación que procede de la libertad. </p><p style="text-align: left;"><i>A un corazón como el mío</i></p><p style="text-align: left;"><i>le conviene caminar con espinas.</i></p><p style="text-align: left;"><i>No sabe del amor quien sale indemne</i></p><p style="text-align: left;"><i>de la carne del otro.</i></p><p style="text-align: left;"><i>Quien no ha sido dolor para sí mismo</i></p><p style="text-align: left;"><i>de este mundo se marcha sin un trozo de él</i></p><p><i>incrustado en su centro. </i><br /><br /></p><p><br /></p><br /><p> <br /></p>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-38816995833527987172021-01-02T11:25:00.000+01:002021-01-02T11:25:11.084+01:00El Fulgor del Instante<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-JMOD3vV3QlY/X_BGcp9fp5I/AAAAAAAAArM/977LvsbulEgEcNCApuk6QchZxeqHE5p4gCLcBGAsYHQ/s657/MANOS%2BDIRECTOR%2BORQUESTA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="423" data-original-width="657" height="258" src="https://1.bp.blogspot.com/-JMOD3vV3QlY/X_BGcp9fp5I/AAAAAAAAArM/977LvsbulEgEcNCApuk6QchZxeqHE5p4gCLcBGAsYHQ/w400-h258/MANOS%2BDIRECTOR%2BORQUESTA.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; background: transparent none repeat scroll 0% 0%; }</style>
</p><p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">Un director de orquesta es un reestructurador del tiempo. En
realidad, todo músico lo es; pero en el caso del director, al
carecer de instrumento propio y confrontarse a todos, ese arte
adquiere su expresión máxima y, posiblemente, más dramática. Otro
ha escrito la música, pero las notas, inertes sobre la partitura,
están en sus manos: lo necesitan para cobrar vida. Otros interpretan
la música, y sin embargo él es necesario para que el conjunto de
instrumentos alcance la armonía. El director estudia a fondo todas y
cada una de las notas, su duración, sus tiempos. Reproduce la pieza
en su mente, imprimiendo una cadencia única. Así, una misma
partitura adquirirá matices nuevos, distintos, bajo una batuta u
otra. Mientras que cada músico se concentra en su instrumento, el
director debe atender a la orquesta para armonizarlos todos y su arte
se expresará, precisamente, en la intensidad y en la duración que
dé a cada nota, a cada pasaje, a los silencios, a los tempos.
</p>
<p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"> La
música se compone de la sucesión de notas. Y una nota, esa
condensación de sonido, es una onda vibrando, una vibración del
espacio en el tiempo. Supone una sacudida de esos dos límites
infranqueables que nos aprisionan y por eso, quizá, es capaz de
provocar una emoción tan intensa. En esa vibración, a través de la
fisura que abre en nuestro muros, podemos captar la luz que proviene
de un exterior mucho más amplio, intentar escapar de algún modo,
sustraernos a nosotros mismos, abrirnos desde el encarcelamiento.
Anhelamos aquello de lo que carecemos y al igual que deseamos los
espacios abiertos, deseamos la eternidad; y no solo porque estemos
llamados a la vida por un instinto básico, irrefrenable, sino porque
intuimos que la eternidad es el espacio reservado para el amor, ya
que aquí, donde todo queda sometido a la ley de la pérdida, es
imposible conservarlo. Porque la eternidad, contra lo que solemos
pensar, no es un tiempo inacabable, sino la ausencia de tiempo. Una
dimensión distinta donde ponernos a salvo.</p>
<p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"> La
imagen del director de orquesta es fascinante y viene con frecuencia
a mi mente. Lo veo luchando contra el tiempo, alzando las manos,
moviéndolas, balanceándolas, contrayendo el rostro, cerrando los
ojos, abriéndolos, ofreciendo su ser entero para que al menos
mientras dure la música cada nota, cada vibración, encuentre su
lugar, dure el instante exacto que permita el paso de la luz.</p>
<p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"><a name="_GoBack"></a>
Pero cuando hablamos de poesía, la imagen del director de orquesta
no es gratuita. Un poeta busca la misma emoción aunque cuente sólo
con las notas de madera que proporcionan las palabras. Y debe luchar
contra el tiempo de igual manera. Nuestra música, quizá más pobre
pero con la misma elevación, tiene un poder del que carecen los
instrumentos: es capaz de sonar en el silencio. De hecho, se percibe
con mayor intensidad en el silencio. Pero la palabra asocia imágenes
y esa concreción reduce el inmenso espacio que deja abierta la
música.</p>
<p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"> Como
el director de orquesta, el poeta no posee nada: otro, otros, lo han
creado todo y lo han dispuesto ante él. El poeta únicamente capta
la vibración de un instante y siente cómo sus límites se sacuden,
descubre el fulgor de la luz que penetra a través de la fisura que
produce ese movimiento. Y entonces trata de conservar para sí mismo,
y de transmitir a los demás, esa vibración con los elementos que le
rodeaban cuando se produjo, busca la armonía entre ellos, su
relación. Intenta preservar el instante y, sacándolo del mundo
exterior, lo transforma en tiempo humano, ese tiempo interior que
permanece en la memoria y que madura lentamente, quizá para siempre;
reestructura el instante y ordena su duración para conservar la luz
y liberarse de los límites en un breve atisbo de algo más grande
que el espacio que lo cerca.</p>
<p align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;"> ¿Qué
hace, pues, un poeta? Tan sólo toma un instante y trata de
reestructurarlo para darle un lugar en la eternidad.</p>
<p> </p>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-28843058558252149052020-11-15T00:43:00.001+01:002020-11-15T00:43:24.064+01:00A Miguel Ángel Herranz, in memoriam<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WBB4E-mqS60/X7AevUieBFI/AAAAAAAAAqE/LOjVEQcg1XclAujx8yXU70qn_9LBPHzxQCLcBGAsYHQ/s1024/Foto%2Bcon%2BMiki.JPG" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" src="https://1.bp.blogspot.com/-WBB4E-mqS60/X7AevUieBFI/AAAAAAAAAqE/LOjVEQcg1XclAujx8yXU70qn_9LBPHzxQCLcBGAsYHQ/s400/Foto%2Bcon%2BMiki.JPG" width="400" /></a></div><p>
<b> </b></p><p><b>No os atreváis a tocarlo: </b></p><p>si acaso una leve caricia </p><p>con manos piadosas.</p><p> </p><p>No lo beséis,</p><p>salvo el ademán de un beso</p><p>sobre su frente lejana.</p><p> </p><p>Bajad los ojos</p><p>al suelo con respeto</p><p>en su ausente presencia.</p><p><br /></p><p>No digáis nada</p><p>en voz alta,</p><p>no habléis palabras de mármol.</p><p><br /></p><p>Un hombre bueno</p><p>cuando se marcha<br /></p><p>es un altar sobre el que desciende</p><p>la Eternidad.</p><p><br /></p><p style="text-align: center;">C. I</p><p><br /></p><p>Miguel Ángel Herranz (1978 – 2020). Poeta vallisoletano, autor de "Palabras de Perdiz" (editorial Comba), "Érase una Pez: perqueños poemas para niños gigantes" (B de Blok, ediciones B), "Lírica de lo Cotidiano" (editorial Renacimiento) y "Aquí estuvo Kilroy" (editorial Renacimiento). Mantiene numerosa obra inédita. Poemas y textos suyos pueden leerse en la cuenta que publicaba en instagram, donde era y es extraordinariamente popular y seguido: @mikinaranja</p><p>Era, además, mi amigo.<br /></p><p> <br /></p>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-78564786220550424152020-06-19T23:35:00.001+02:002020-11-15T00:45:40.066+01:00A Paco<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-iXP_x3FhOyI/Xu0t8E9vG3I/AAAAAAAAAoo/CyEYpLrhcSsYfZuFJkYZVi6XUGV7dcPbQCLcBGAsYHQ/s1600/IMG_3150.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="800" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-iXP_x3FhOyI/Xu0t8E9vG3I/AAAAAAAAAoo/CyEYpLrhcSsYfZuFJkYZVi6XUGV7dcPbQCLcBGAsYHQ/s400/IMG_3150.JPG" width="312" /></a></div>
<br />
<br />
<b>¿A dónde van las aves cuando mueren?</b><br />
¿Qué cielo más alto les espera,<br />
qué otra vida les tienen prometida?<br />
¿Qué libertad mayor, qué vuelo<br />
más amplio, qué sembrados más extensos?<br />
¿No son las manos de Dios ese hondo cénit,<br />
ese viento errático, impredecible,<br />
que saben gobernar bajo sus alas?<br />
¿No son, entre sus manos, un símbolo<br />
suyo hacia nosotros, un grito nuestro?<br />
Acaso las toma entre sus manos,<br />
contra su pecho nos aprieta.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-36203712199017337562020-06-14T20:32:00.001+02:002020-06-14T20:35:26.044+02:00Lírica de lo Cotidiano, de Miguel Ángel Herranz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-va7xqKV8Q_4/XuE3GKT4DII/AAAAAAAAAoY/Z_uyBZ0j7BASEdvTI0-mj_PmKY69wPc2ACLcBGAsYHQ/s1600/lirica-de-lo-cotidiano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="450" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-va7xqKV8Q_4/XuE3GKT4DII/AAAAAAAAAoY/Z_uyBZ0j7BASEdvTI0-mj_PmKY69wPc2ACLcBGAsYHQ/s400/lirica-de-lo-cotidiano.jpg" width="285" /></a></div>
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<span id="goog_1050533359"></span><span id="goog_1050533360"></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span id="goog_1050533359"><b>I </b></span></div>
<br />
<span id="goog_1050533359">Miguel Ángel Herranz es un poeta proteico, que metaboliza en poema todo cuanto vive, experimenta, toca, lee. Ha publicado hasta la fecha tres libros de poemas: <a href="http://www.editorialcomba.com/wp-content/uploads/2019/02/promo_palabras-de-perdiz.pdf" target="_blank"><i>Palabras de Perdiz</i></a> (editorial Comba), <a href="https://www.amazon.es/%C3%89rase-una-pez-Peque%C3%B1os-gigantes-ebook/dp/B07Q1KB268" target="_blank"><i>Érase una Pez</i> </a>(B de Block) y <a href="https://www.editorialrenacimiento.com/renacimiento/2161-lirica-de-lo-cotidiano.html" target="_blank"><i>Lírica de lo Cotidiano</i></a> (editorial Renacimiento); en camino vienen algunos más, como por ejemplo <i>Aquí estuvo Kilroy</i>, título bajo el cual, armando un diario al hilo de sus múltiples lecturas, nos ofrece una lúcida y sensible mirada sobre la realidad y en el que, cómo no, se insertan numerosos poemas surgidos a raíz, o en el margen, de la experiencia lectora. Hago estas referencias para fijar un marco en el que situar a un poeta que ya hace tiempo que goza del entusiasmo de los lectores que se acercan a él y que se cuentan por millares. Quizá me faltaría por añadir que es un hombre de saberes e intereses diversos, enraizados en la humanística y en la naturaleza, que enriquecen el contenido de sus textos y a nosotros con ellos: astrofísica, relojería u ornitología, por citar solo algunos que dan idea de la amplitud del espectro. Es, a mi entender, un poeta fundamental, y tomo esta <i>Lírica de lo Cotidiano</i> como excusa para hablar de una poética que no se encuaderna en un solo libro y que nos urge en el mundo que hoy tenemos entre las manos (sí: entre las manos, no ante los ojos), por lo que me permitiré ser algo más amplio y hacer referencias a otros de sus poemarios, invitando por supuesto a frecuentarlos todos.</span><br />
<br />
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<span id="goog_1050533359"><b>II </b></span></div>
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
<span id="goog_1050533359">Herranz construye con cada poema historias y reflexiones de honda emoción, a partir de sucesos cotidianos, de lecturas gozosas, de conversaciones improvisadas, de recuerdos luminosos o lacerantes, es decir, de esos fragmentos mínimos que hilvanan nuestras vidas. Su mirada poética atraviesa la realidad como un eje vertical, ascendiendo y profundizando a través de ella para dejar al lector en el centro de un universo compartido, al tiempo que profundamente original. Y esa es una de las claves de su éxito: que sentimos que su universo es también el nuestro, y que admiramos su forma de expresarlo porque no somos capaces de hacerlo de la misma manera. Tiene su escritura, además, la característica de disolver el "yo" en un "yo" poético que va creando –sin necesidad de heterónimos– personajes que siendo él le permiten dejar de serlo para enfundarse la piel de otros. Este recurso nos revela al poeta como un ser compasivo, es decir, capaz de apasionarse con, y de padecer con, los otros, rompiendo de esta forma las barreras del egoísmo y del ensimismamiento y partiendo el pan del poema con quien quiera que se acerque a su mesa.</span><br />
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span id="goog_1050533359"><b>III</b></span></div>
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
<span id="goog_1050533359"><span id="goog_1050533359">El verso de Miguel Ángel Herranz es un verso
ágil, coloquial, desnudo –pero embridado siempre por el ritmo y quebrado en ocasiones con oportunos encabalgamientos–, con el que interpela de forma directa al
lector y con el que, a modo de escalpelo, abre las realidades con un
corte limpio y preciso. </span>Por otra parte, se observa en él una técnica poética propia de los poetas auténticos: descoyunta la realidad. Y trataré de explicarme. La realidad que construimos en nuestras mentes ordenadas y racionales tiene sus piezas debidamente unidas por esas articulaciones que las hacen encajar unas con otras y que les otorgan movimiento, eso que podríamos llamar un radio de acción. Pero de pronto el poeta –el poeta auténtico– rompe esa lógica y desencaja las piezas, revelándonos una nueva forma de articularlas, de unirlas, de moverlas. No las desestructura, sino que las estructura de una forma que sigue siendo válida y real, y eso nos permite asomarnos a la verdad liberándonos de las estrecheces que nos encorsetan y que, a veces, la limitan o la ocultan.</span><br />
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
<br />
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<b><span id="goog_1050533359"> IV</span></b></div>
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<br /></div>
<span id="goog_1050533359">Hay en <i>Lírica de lo Cotidiano</i>, sin embargo, un elemento distinto de los anteriores libros y que lo dota de una emoción y de una profundidad especiales: la enfermedad, que irrumpe en la vida del poeta y que se instala como una nueva forma de cotidianeidad. Herranz se define sin tapujos, en esta etapa, como un oncopoeta, y sin alardes, sin dramatismo alguno, con absoluta naturalidad, deja que esta circunstancia acompañe el nacimiento y el desarrollo de sus poemas porque se trata, sencillamente, de la realidad que vive. Uno tendería a decir que la frontera con el dolor intensifica la escritura; pero sería injusto decirlo de Miguel Ángel porque ya antes de lindar con tan ingrato territorio su poesía discurría por cauces de igual hondura y de similar belleza. Y sorprende, en medio de la incertidumbre, de la limitación, del sufrimiento, ver emerger el agradecimiento, la belleza, el detalle luminoso, la palabra amable: el verso, como decía Brodsky, es un increíble acelerador de la conciencia, y en este caso se trata de una conciencia de gran sensibilidad. Hace relativamente poco tiempo, uno de sus lectores en redes sociales, con motivo de una estancia hospitalaria del poeta, tomaba y con razón las ventanas del hospital, que no pueden abrirse, como símbolo de tristeza y de limitación. Le respondió Herranz que él no las veía tristes, pues se dejaban atrevesar por una hermosa luz. He ahí toda una poética, ascendente y profunda. Quien toca este libro –esta vez la cita es de Whitman– toca un hombre.</span><br />
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
<span id="goog_1050533359"><br /></span>
Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-20995528526022305462020-05-07T14:07:00.001+02:002020-05-07T20:19:23.422+02:00Una página en blanco<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-t6uLqCtXRwY/XrP0yD7RpxI/AAAAAAAAAns/EnuFzGH5OAwKOM6BtLT_9-W88GexjztVwCLcBGAsYHQ/s1600/Libreta%2Ben%2Bblanco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-t6uLqCtXRwY/XrP0yD7RpxI/AAAAAAAAAns/EnuFzGH5OAwKOM6BtLT_9-W88GexjztVwCLcBGAsYHQ/s400/Libreta%2Ben%2Bblanco.jpg" width="300" /></a></div>
<br />
<br />
(...)<br />
<br />
Hemos empezado a delimitar con las palabras un espacio en blanco cuyo plano, nos dice la geometría, tiene una extensión infinita. Pero como nosotros no somos infinitos, necesitamos acotarla con márgenes manejables. Eso, desde luego, no invalida el concepto, y de ahí la fragmentación de ese solo plano infinito en multitud de páginas en blanco. Podemos por lo tanto ensayar y errar, algo que reafirma nuestra libertad porque nos permite ejercitarla una y otra vez; pero ahora tenemos frente a nosotros una sola página y en el espacio demarcado por sus cuatro bordes artificiales –¡pero tan nuestros!– comenzamos a acotarla todavía más con las pobres herramientas del lenguaje.<br />
<br />
(...) <br />
<br />
Hemos comenzado ya a esbozar palabras. Ya no estamos ante una página en blanco y, emborronada su blancura, cuantos más signos tracemos sobre ella más y más se irán reduciendo las posibilidades que antes nos parecían ilimitadas. ¿Lo fueron realmente alguna vez? Ahora bie, por el principio de la división infinita de la materia –la página como espacio, como extensión– cada fraccionamiento del silencio deja a su vez silencios susceptibles de ser fraccionados, espacios de contemplación plenos y valiosos en sí mismos que habrán de actuar como línea de pliegue para otros silencios. Siempre, en el centro del poema, el silencio, constituyéndolo medularmente. En realidad, por lo tanto, a cada silencio llegamos no desde un ruido, no desde un sonido, no desde una palabra, sino desde un silencio previo.<br />
<br />
(...)<br />
<br />
Para que el poema se forme sobre la página es necesario extraer su materia del inmenso abismo del que procede y que lo circunda; es necesario mantenerlo entre unos márgenes que conserven la blancura y que insinúen la infinitud del plano; es necesario tender el lenguaje sobre el silencio para que su forma pueda ser visible. Hay, pues, un doble juego del silencio en el poema: el del silencio que rompe con su aparición, y el de los silencios interiores que lo penetran y conforman.<br />
<br />
(...)<br />
<br />
<i>De "Una página en blanco", fragmento, inédito</i><br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-77486580452851320132019-06-12T20:32:00.003+02:002019-06-12T20:46:11.192+02:00Dime Lo, de Mónica Francés<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-cOGBKPiCEYE/XP5HHk-uIAI/AAAAAAAAAlg/sFwabL89hdMR7t7_7XoCXTpIyCRxQwqzACLcBGAs/s1600/portada-DIME-LO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1318" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-cOGBKPiCEYE/XP5HHk-uIAI/AAAAAAAAAlg/sFwabL89hdMR7t7_7XoCXTpIyCRxQwqzACLcBGAs/s400/portada-DIME-LO.jpg" width="328" /></a></div>
<br />
<br />
<a href="http://www.amargordediciones.com/producto/dime-lo-monica-frances/" target="_blank">Dime Lo</a>, de Mónica Francés, es un poemario de enorme versatilidad conceptual y flexibilidad lingüística. Con un gran dominio de su propio mundo interior, la poeta crea fábulas, articula discursos e interpela al lector partiendo de hechos cotidianos, o de pensamientos comunes, en los que un elemento poético ya presente pero inadvertido crece hasta convertirse en absoluto. Sucede de igual modo con el lenguaje: partiendo de las reglas de la sintaxis, el juego del poema la fuerza hasta desbordarla y sobrepasar los estrechos límites de la convención, en una ruptura necesaria para adaptarse a una visión imaginativa que supera lo físicamente real, es decir, para captar esa otra realidad, la íntima, que se halla presente aunque oculta bajo la apariencia. Así, por ejemplo, se encabalgan no versos, sino significados, descoyuntando la coherencia de la frase para darle dos lecturas simultáneas; o se insertan preposiciones que fuerzan, como palancas, el sentido de la palabra a la que acompañan para elevarla; o una palabra –nada, al modo del ninguno de Ulises– va transmutando su significado, con leves matices, de verso en verso hasta abrir un abanico de posibilidades; o un pronombre, en uso de su libertad individual, decide ubicarse en un lugar que desconcierta a la gramática.<br />
<br />
La poeta crea fábulas. Articula discursos. Nos interpela. Modifica, incluso visualmente, la línea (¿qué nos obliga a mantenerla recta, o a utilizar siempre la página en vertical?). No busquemos realismo en este poemario, pero estemos dispuestos a encontrar en él una realidad. La realidad de una mujer que guarda una gota de lluvia en el pecho, justo antes de que se desplome... ¿de que se desplome quién, la mujer, la lluvia, ambas? La realidad de un mundo que se observa con el oído. La de un un ser pequeño que porta, feliz, la pancarta que proclama su pequeñez, elevada a revelación.<br />
<br />
Hay algo que decir: algo que se le exige imperiosamente a la poeta desde el exterior, pero algo que ella desea también escuchar desde dentro de sí misma. En ese "Lo", en ese imperativo "<i>dime-lo</i>" que rompe la dicción enclítica, descansa la clave y el misterio de esta obra. "Lo" es, de alguna manera, un pronombre en cuya profundidad un significado grande queda oculto, y a la vez una piedra angular sobre la que se sustenta una proyección vital que opera desde la palabra. La escritura hace emerger de tal modo lo interior a la supeficie de lo visible que la poeta no nos da a leer su alma sino, según llega a confesarnos en determinado momento, su propio cuerpo. Percibimos que, en el discurrir de este poemario, bajo su torrencial juego del lenguaje, se oculta otro juego, el de la identidad –Yo, Otro, Uno–, muy serio y muy profundo. Una búsqueda, bajo "<i>el gobierno del sueño</i>", en el que "<i>es a veces la belleza inesperada/quien se ajusta precisa/ a la equivocación</i>".<br />
<br />
C. I<br />
<br />
<i>Postdata: Al margen de la lectura de este poemario, pero tomándola como ocasión, creo que es de justicia agradecer la labor que la editorial Amargord realiza a través de la colección Once, dirigida por Víktor Gómez y por Javier Gil. Gracias a ella los lectores gozamos de acceso a poéticas distintas, más arriesgadas e innovadoras que aquellas que –también muy meritorias e interesantes, pero más conservadoras en lo formal– encontramos de forma casi dominante en los estantes de las librerías.</i>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-31358967750009080542019-06-07T13:01:00.000+02:002019-06-07T13:01:45.080+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/--yhAjnhKgIA/W5EIeQDioqI/AAAAAAAAAjY/O-wkQEuu2QQpBqfDJjmNrTM-UfjVgH0WgCLcBGAs/s1600/Foto%2Bnaranjos%2Bpuesta%2Bde%2Bsol.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1322" height="400" src="https://2.bp.blogspot.com/--yhAjnhKgIA/W5EIeQDioqI/AAAAAAAAAjY/O-wkQEuu2QQpBqfDJjmNrTM-UfjVgH0WgCLcBGAs/s400/Foto%2Bnaranjos%2Bpuesta%2Bde%2Bsol.jpg" width="330" /></a></div>
<br />
<br />
<b>En este momento el sol parece</b><br />
sobre naranjales que se duermen<br />
naranja que va escapando al sueño,<br />
naranja con pulpa hecha de fuego,<br />
naranja madura a cuya cáscara<br />
se aplican los labios invisibles<br />
del cielo para absorber su jugo.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
(de "<a href="http://www.libreriapaginas.com/libro/cuaderno-de-instantes_430136" target="_blank">Cuaderno de Instantes</a>")<br />
<br />
Foto: Carlos IzquierdoCarlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-72689186034469230482019-03-18T15:28:00.002+01:002019-03-18T15:28:49.802+01:00Abisal, de Daniel Arana<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-FsftigV7mIw/XI-oaBNDgpI/AAAAAAAAAko/JhoE-WIZL34RKT0IecnpQVp49hT56brrgCLcBGAs/s1600/Portada%2BAbisal-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="330" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-FsftigV7mIw/XI-oaBNDgpI/AAAAAAAAAko/JhoE-WIZL34RKT0IecnpQVp49hT56brrgCLcBGAs/s400/Portada%2BAbisal-2.jpg" width="263" /></a></div>
<br />
<br />
Me atrevería a decir que, en el actual panorama poético español, Daniel Arana es un poeta de lectura necesaria, cuya voz, absolutamente personal, echa raíces en la tradición centroeuropea y se distingue por una nota de espiritualidad profunda y meditada. Encontraremos su referente más acusado en Paul Celan, pero también en Ungaretti, en la poesía europea de postguerra, en la fértil poesía francesa, en la generación "beat" americana... Es decir, que nos hallamos ante un creador de gran cultura, de influencias múltiples y variadas que sabe fundir en un molde de factura propia. Y eso nos exige situarnos a cierta altura.<br />
<br />
Nos referimos a Arana, y no a <i>Abisal</i> en concreto, porque si bien se trata de un primer libro publicado –que yo traigo aquí con cierto retraso desde su edición, pero qué es el tiempo en poesía– no es en modo alguno un libro primerizo. Al contrario, nos revela a un poeta de verso madurado en un aprendizaje que se intuye intenso y arduo, sedimentado por la tradición y el pensamiento, y que es fruto en su forma final de una honda reflexión interior.<br />
<br />
Podemos, pues, hablar de una poética. Una poética que tiene como epicentro el mismo lenguaje, pero no para quedarse en sí mismo como fenómeno, sino para explorarlo como operación de la actividad interior y espiritual del ser humano cuando esta se inserta en el tiempo (<i>Materia del Tiempo</i> es el siguiente libro publicado de Daniel Arana): en su visión, circundamos el lenguaje como el mundo circunda una verdad precisa. Y esa presencia en el tiempo, que atraviesa toda la historia de la poesía, está también presente de una forma radical en Arana y se proyecta, quizá no solo como símbolo, en la siempre cambiante naturaleza, en el paisaje de lentos pero inexorables movimientos, en el desierto y en el silencio como recipientes sagrados de la Gracia. Nos ofrece una poética de "puentes por cruzar" que, como proyecto vital, puede sintetizarse en uno de sus poemas:<br />
<br />
<i>La sencillez de una</i><br />
<i>mirada puede suspenderse</i><br />
<i>en un todo sin tiempo</i><br />
<br />
Es decir, que nuestra presencia en el tiempo puede ser, a través de la mirada poética, trascendida. Y las huellas –nos dice– no se siembran para el extravío. He aquí una negación que lo que hace es manifestar una gozosa afirmación, pero dejándola abierta, sin imposiciones, al espacio interior de cada lector. La poesía se nos entrega entonces como camino, en curso de lejanías, donde "la carencia de un umbral" nos sitúa en un espacio más grande y nos dirige hacia un destino más amplio. O más incierto. O totalmente inexistente.<br />
<br />
El verso de Arana nos ofrece una resistencia imperceptible, como de mar de fondo, y en su aparente calma irrumpe la violencia de una ruptura inesperada, allí donde el lector jamás introduciría su pausa, creando un ritmo inescrutable pero que es el necesario para guardar, cerrado sobre sí mismo, el secreto que ofrece el poema para negarnos el umbral que anhelamos como cobijo. Entre un verso y el siguiente la unión de significado se produce no por la lógica formal, sino por las resonancias interiores del poeta y de las cosas, creando un discurso aparentemente fraccionado, no lineal aunque sintácticamente lo sea, pero abriendo la semántica a posibilidades mayores y no siempre evidentes.<br />
<br />
En unión con esta cualidad de la versificación, el poeta inserta sus símbolos en imágenes sin estridencias, que huyen de la grandiosidad, y que recibimos con la sencillez de lo que acontece en lo cotidiano, sin ruido. Porque, efectivamente, el paisaje y la naturaleza cambian, pero tan lenta e inexorablemente que nuestros ojos se van acompasando a ese ritmo hasta percibirlo como una suerte de permanencia. Porque en el silencio, trasunto del desierto, disponemos el vaso en el que recibir la Gracia. Porque, siempre que nos asomemos a la existencia desde una mirada poética, "sufriremos de lo intacto".Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-60034251949220695232018-11-10T09:45:00.000+01:002018-11-10T09:45:09.026+01:00Un día en la hacienda, de Konstantin Kulakov<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-RkFE6cK5QnM/W-XsvcZsdcI/AAAAAAAAAj4/Sc2rIrLaQ_k9Shwpfb94pAZZsaz8oULWACLcBGAs/s1600/La%2BHacienda.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="400" src="https://2.bp.blogspot.com/-RkFE6cK5QnM/W-XsvcZsdcI/AAAAAAAAAj4/Sc2rIrLaQ_k9Shwpfb94pAZZsaz8oULWACLcBGAs/s400/La%2BHacienda.JPG" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Cae como una lluvia, la luz de la mañana. Cerca<br />
de la hacienda, pavos y pollos<br />
nos entorpecen el paso. <i>¿Quieres café?</i><br />
grita desde el balcón tu madre,<br />
un repique de la hora sus palabras.<br />
Su cuerpo perdió las formas por los años<br />
de crianza, por los años de trabajo ingrato<br />
en hoteles de Manhattan. Con precisión de reloj<br />
prepara la cafetera, esa pequeña<br />
olla a presión de vapor y de café.<br />
A sus sesenta luce joven, riendo<br />
con los trabajadores. Estudiante de botánica<br />
en otros tiempos, trata hoy de aplacar con música<br />
el aullido de los rottweilers. Por un instante<br />
a solas conmigo y con el valle, alza<br />
la taza hasta la nariz, aspira su aroma<br />
y me dice: <i>la vida es para ser vivida</i>.<br />
<br />
<i>¡Vámonos!</i>, se escucha desde la escalera. Tu<br />
padre es ya un motor al ralentí<br />
impaciente por traer a casa los frutos del trabajo.<br />
Después, perdido en la extensión del campo, libre del<br />
estruendo de Nueva York, se siente feliz. Con<br />
un golpe de machete arranca una<br />
caña de azúcar. E igual de rápido nos muestra<br />
cómo recolectar el cacao con eficacia y<br />
su valor tan elevado. Tres horas pasan.<br />
Sudadas las camisas, huyendo del mediodía,<br />
llenamos tres sacos de guisantes.<br />
Un chico se tiende bajo un árbol.<br />
Se escucha "<i>El desayuno está listo</i>", un eco<br />
que reverbera desde la casa. A veces pienso<br />
que decepciono a tu padre. Pero hoy al menos<br />
sé que el cansancio del día guardará su sueño.<br />
<br />
En la hacienda la comida es importante.<br />
Mira: los guisantes de tu plato crecen<br />
en las plantas de aquel valle. Y el pollo<br />
que corría esta mañana será la cena de esta noche.<br />
Es importante. Demasiado o demasiado poco<br />
picante, mucha o poca atención,<br />
pueden volverte un haz de fuego y de sudor<br />
o llenar de mosquitas el zumo de tu vaso.<br />
Hoy comeremos sancocho a leña.<br />
Escucho el español con atención, respondo<br />
con torpeza <i>un poco</i> y <i>lentamente</i>, comento<br />
lo cansado que está el perro. Hay siempre<br />
comida en abundancia. Y café para combatir<br />
el cansancio antes de que sea tarde y los platos sucios<br />
desborden el fregadero. Pero si logras lavar los platos<br />
conservando agua en el depósito te sientes<br />
como un monje rociado por agua bendita.<br />
<br />
Esta noche el crepúsculo se extiende como un fondo<br />
de azules. La bombilla del balcón es un lirio blanco.<br />
En lo alto de la colina cuelgan plátanos<br />
del platanero. <i>Toma</i>, me ofrece tu padre.<br />
Deja en mi mano un sorbete de chinola. Primero<br />
sabe solo a frío, luego un poco amargo, después dulce.<br />
Miro la corriente azul del cielo, que se adensa.<br />
Señalas a tu padre –una mente matemática<br />
que se hace apodar <i>la máquina</i>– mientras baila merengue<br />
en el salón. Se hace tarde. Fregamos<br />
la vajilla, ordenamos los libros y la ropa.<br />
Pronto nos ducharemos y tu padre cerrará<br />
con llave la puerta de la entrada. Escucharemos<br />
las fiestas del pueblo animarse y prolongarse<br />
hasta avanzada la noche. Pero los gallos. Los gallos<br />
y los rottweilers... ellos llorarán<br />
toda la noche, hasta que amanezca.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Konstantin Kulakov</div>
<br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Traducción: C. I</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Imagen: Konstantin Kulakov</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<br />
<br />
<i>*Cursivas: en castellano en el original</i><br />
<br />
Konstantin Kulakov es un joven poeta estadounidense de origen ruso, cuya trayectoria vital le ha llevado a vivir como emigrante en Londres, Wisconsin y, finalmente, Nueva York, donde reside en la actualidad y donde tuve ocasión de encontrarme con él tras haber mantenido una amistad epistolar a través de las redes sociales. Ha publicado un libro de poemas de extraordinario título, <i>Excavating the Sky</i> (excavando el cielo), que le valió el <i>Greg Grummer Poetry Award</i>. Poeta profundo y trascendente, se aprecia en su obra una fusión de tradiciones, un amor casi físico por el lenguaje que debe mucho a la prosodia de su lengua rusa materna y, especialmente en su primer libro, un afán de unir en abrazo a las diversas culturas y religiones. Otros poemas suyos han aparecido, además, en diversas revistas norteamericanas.<br />
<br />
El poema que aquí traduzco, todavía inédito (se publica antes en esta versión española que en el original inglés), es fruto de la estancia de varios meses de Kulakov en la República Dominicana, respondiendo a la necesidad de un desarraigo, siquiera temporal, del ambiente urbano y fieramente crematístico para enraizarse de nuevo en la naturaleza y que ha supuesto para él una honda experiencia interior, al tiempo que lo ha puesto en contacto con nuestra lengua, causando –continuando, en él– la alquimia transformadora del mestizaje.<br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-57763202756221608012018-09-06T13:25:00.000+02:002018-09-06T13:25:26.190+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-_oZNlRLc_lw/W5EK16h9_6I/AAAAAAAAAjk/ri6eohXbimki-TK3eBdk8OjliWdSFOk5gCLcBGAs/s1600/MMar%2By%2BRosas.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-_oZNlRLc_lw/W5EK16h9_6I/AAAAAAAAAjk/ri6eohXbimki-TK3eBdk8OjliWdSFOk5gCLcBGAs/s400/MMar%2By%2BRosas.JPG" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<b>Este viento, pincel o torbellino,</b><br />
revuelve en el paisaje los colores,<br />
deshace un cuadro terminado y vuelve<br />
a una abstracta paleta con volumen.<br />
Y en esta confusión de formas, solo,<br />
punto de fuga nítido, un rosal<br />
hiriente de blancura:<br />
solo el arbusto intacto<br />
que devuelve la luz como un espejo<br />
porque delante tú, callada, piensas.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
(De "<a href="http://www.libreriapaginas.com/libro/cuaderno-de-instantes_430136" target="_blank">Cuaderno de Instantes</a>")<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Fotografía: Carlos Izquierdo</span><br />
<br />Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-73086764986925310022018-05-18T11:39:00.001+02:002018-05-18T11:39:13.875+02:00"No estábamos allí", de Jordi Doce<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-6_V_89VCLHw/WuRrQRK09aI/AAAAAAAAAi0/qJX-fPtvkoQc4RMZhy-Paey1kTvTyxJ4gCLcBGAs/s1600/Portada%2Bno%2Besta%25CC%2581bamos%2Balli%25CC%2581.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="368" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-6_V_89VCLHw/WuRrQRK09aI/AAAAAAAAAi0/qJX-fPtvkoQc4RMZhy-Paey1kTvTyxJ4gCLcBGAs/s320/Portada%2Bno%2Besta%25CC%2581bamos%2Balli%25CC%2581.jpg" width="196" /></a></div>
<br />
<br />
La realidad, aquello que sucede, el mundo mismo, sucede, existe, dentro de nosotros, y por ese motivo existe de tantas formas diferentes. No es que la realidad carezca de existencia autónoma, sino que ante una realidad que en sí misma es algo vacío y hasta carente de significado, somos nosotros quienes la dotamos de un sentido. "<i>Cuando el mundo se convirtió en el mundo/ la luz brillaba como de costumbre/ sobre un reloj indiferente</i>". Estos versos de Doce señalan, quizá, ese momento fundacional de nuestra vida en el que, sin que nada exterior cambie, tomamos conciencia de nuestra forma de estar presentes en el mundo, de la huella de significado que vamos a imprimir en nuestra personal biografía; y ese reloj indiferente contrapone, de algún modo, el tiempo mecánico y funcional con el rico y metafísico tiempo humano, que discurre interiormente y con parámetros distintos. "<i>Seguí viaje hacia la frontera de mí mismo</i>", nos dice en otro momento, tras fijarse el ambiciosos objetivo de "<i>ir allí donde nadie había estado nunca</i>"; y comprendemos que el poemario que tenemos entre las manos se enmarca en la tradición del viaje dentro del viaje, del viaje interior que se produce como consecuencia de determinados viajes que, con toda su realidad material, adquieren la categoría de símbolos.<br />
<br />
Jordi Doce es, además de poeta, un importante crítico y traductor que ha acercado al lector hispanohablante algunos de los poetas anglosajones contemporáneos más destacados, además de autores clásicos como puedan ser William Blake o, más cercanos a nuestros días, W. H. Auden y T. S. Elliot. Aunque quizá deberíamos decir, más propiamente, que en Jordi Doce la crítica y la traducción no son actividades añadidas, ni distintas, sino parte intrínseca de su forma de ser poeta. Así pues, en diálogo intenso con las corrientes poéticas internacionales, representa dentro de nuestras letras una vía poética menos transitada: aquella que partiendo de un yo que es también paradigma del nosotros, y tomando elementos de la realidad exterior a través de la memoria como herramientas poéticas interiores, realiza una introspección en busca de la condición propia, y de la condición humana, en un mundo que tiende a eliminar certezas y que se percibe como carente de unidad.<br />
<br />
En "<i>No estábamos allí</i>" encontramos una poesía reflexiva que, con una cadencia lenta y apoyada más en el símbolo, en la personificación y en la metonimia que en la metáfora o en la comparación evidente, va deteniéndose en pequeños relatos, anécdotas u objetos insignificantes, al menos en apariencia (pero esa es una de las funciones de la poesía, desenmascarar la apariencia), para encuadernar los ecos con los que resuenan en la memoria alcanzando al lector con una emoción calmada y contenida. Una poesía en la que se suceden las preguntas que, al no esperar respuesta alguna, reverberan creando una particular sonoridad en el vacío. Una poesía en la que el destello del sol en un botón de hojalata, algo apenas perceptible, puede iluminar los recovecos de la memoria de forma deslumbrante. Porque frente a la luz mediterránea o mesetaria que habitualmente enarbolamos los poetas españoles encontramos en estas estas páginas, bañando el viaje que sirve de motivo al poemario, una luz septentrional, esa luz tenue y penumbrosa de un "<i>sol que amanece como si se pusiera</i>", esa "<i>luz incompleta</i>" que se entrelaza con la niebla y que contribuye, como un recurso estilístico de gran importancia, a decir lo que estos poemas tienen que decir ante el extrañamiento de un poeta que siente que quien habla es alguien, o algo, que viste sus ropas y habla en su nombre.<br />
<br />
Y, de cuando en cuando, la disrupción de unas notas a pie de vida que carecen de enlace con nada que se haya dicho explícitamente pero que el lector percibe como anotaciones al hilo de esos ecos de la memoria, y por lo tanto, como poemas fragmentarios y autónomos. La realidad, una vez más, tal y como sucede en nuestro interior, seres en busca de una identidad. El viaje hacia el lugar al que solo podemos llegar cada uno de nosotros en solitario, por mucho que viajemos acompañados. Por este motivo, Doce puede decir con honda verdad que "<i>habitamos el mismo territorio, pero mapas distintos</i>", y eso es posiblemente lo más importante que el lector debe de tener en cuenta en el momento de encontrarse con el poeta, o quizá consigo mismo, en ese punto de intersección que es el libro.Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-224618487047995082018-05-05T10:58:00.000+02:002018-05-05T10:58:11.324+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-5U2y6lh9-so/Wu1xXCZ_JOI/AAAAAAAAAjE/rILN0yN9pSAYIFXeVVWcmr4fVgtmKiKZwCLcBGAs/s1600/Marque%25CC%2581s%2BDos%2BAguas.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1280" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-5U2y6lh9-so/Wu1xXCZ_JOI/AAAAAAAAAjE/rILN0yN9pSAYIFXeVVWcmr4fVgtmKiKZwCLcBGAs/s320/Marque%25CC%2581s%2BDos%2BAguas.JPG" width="256" /></a></div>
<br />
<br />
<b><br /></b>
<b>El aire aprisiona</b><br />
el cuerpo en el espacio<br />
cada pálpito cada<br />
temblor un golpe<br />
del cincel<br />
<br />
que se acerca<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/" target="_blank">Imagen: propia</a></span><br />
<br />
<br />Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-23921264115165436392018-04-06T21:01:00.000+02:002018-04-06T21:01:05.124+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-BBr5caD00-Y/WsfCOuNx6QI/AAAAAAAAAik/SahkUCHlUms9UuBF5a2NFiVG0Ou8V9kQgCLcBGAs/s1600/Mar%2Btras%2Bla%2Bbaranda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-BBr5caD00-Y/WsfCOuNx6QI/AAAAAAAAAik/SahkUCHlUms9UuBF5a2NFiVG0Ou8V9kQgCLcBGAs/s320/Mar%2Btras%2Bla%2Bbaranda.jpg" width="240" /></a></div>
<br />
<br />
<b><br /></b>
<b>Las gaviotas acuchillan el cielo largamente</b><br />
<br />
Por su borde rasgado se desangra<br />
<br />
Al regresar a casa<br />
al final del pasillo<br />
<br />
permanece<br />
<br />
el mar enrejado tras la baranda del balcón<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
<br />
(<i>Éxodo</i>, <a href="http://www.amargordediciones.com/producto/exodo-carlos-izquierdo/" target="_blank">Amargord Ediciones</a>)<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/" target="_blank">Foto: Carlos Izquierdo</a></span>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-9592948237551319502018-02-13T21:29:00.000+01:002018-02-13T21:29:12.498+01:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-KZoZ7ap5op8/WoNGy2EyVHI/AAAAAAAAAiU/HJxLmKW53Pk2PmDLQUy47zw_pIAsNjFswCLcBGAs/s1600/Foto%2BSan%2BMarcos-3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="988" data-original-width="1600" height="246" src="https://3.bp.blogspot.com/-KZoZ7ap5op8/WoNGy2EyVHI/AAAAAAAAAiU/HJxLmKW53Pk2PmDLQUy47zw_pIAsNjFswCLcBGAs/s400/Foto%2BSan%2BMarcos-3.JPG" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<b>La catedral invierte grandes</b><br />
sumas de luz en la penumbra<br />
<br />
Un territorio vertical<br />
entre el precipicio y la cumbre<br />
<br />
donde se suman las estancias<br />
los templos las voces los ojos<br />
<br />
los pasos del día que avanzan<br />
hacia el interior de la noche<br />
<br />
Desconocidas magnitudes cifran<br />
el enigma que ofrece el hombre<br />
<br />
Y oculta aguarda la Palabra<br />
entre los pliegues del silencio<br />
<br />
al momento de su despliegue<br />
en mitad de la caída<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
<a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/" target="_blank">Imagen</a>: fotografía propia<br />
<br />
(Catedral de San Marcos, Venecia)Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-91780780297087061692018-01-26T21:16:00.000+01:002018-02-13T21:47:55.426+01:00<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-zXCgdKcatBI/WmuNFYHDIGI/AAAAAAAAAiE/Jv5tfvbnTPQUCRGZuZMcgfZvpDQhh64hQCLcBGAs/s1600/Foto%2Bhojas%2Blluvia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-zXCgdKcatBI/WmuNFYHDIGI/AAAAAAAAAiE/Jv5tfvbnTPQUCRGZuZMcgfZvpDQhh64hQCLcBGAs/s320/Foto%2Bhojas%2Blluvia.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<b>Neones parpadean sobre los libros de la ley</b><br />
Funcionarios metódicos aplican los preceptos<br />
Ejércitos de computadoras encienden<br />
sin entusiasmo sin negligencia<br />
la coma en la que tropezará el individuo<br />
Tantas gentes escalan hacia las altas instancias<br />
(algunos mueren de frío al alcanzar la cima)<br />
la polvorienta fosforescencia nos empuja a la salida<br />
<br />
Ante las puertas manadas de ciervos<br />
corren a ocultarse en la espesura<br />
Las raíces de las plantas penetran en los intersticios<br />
Las hojas destilan el diamante de la lluvia<br />
Y nos adentramos en la selva tras el destello<br />
de las madres que van cortando ramas<br />
para trasplantar a las macetas<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
(<a href="http://www.amargordediciones.com/producto/exodo-carlos-izquierdo/" target="_blank">Éxodo, ed. Amargord</a>)<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/" target="_blank">Imagen</a>: fotografía propia</span>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-59893554835727677082017-11-18T11:48:00.000+01:002017-11-18T11:48:47.832+01:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-7A79EQa2moM/WhAL7Z0cfvI/AAAAAAAAAho/OPbUuLw5RScq2vJo0p1sFDZfBeKq4AtGACHMYCw/s640/blogger-image-368840649.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://lh3.googleusercontent.com/-7A79EQa2moM/WhAL7Z0cfvI/AAAAAAAAAho/OPbUuLw5RScq2vJo0p1sFDZfBeKq4AtGACHMYCw/s320/blogger-image-368840649.jpg" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<b>Se aplicó en dividir</b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<b> el infinito</b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
en pequeñas porciones</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
de infinito.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Pero cada una</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
seguía conservando</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
la cualidad de lo infinito.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Sumó todas las porciones</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
pero el conjunto no era más</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
que cada una de sus partes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Así que restó todas las porciones</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
para reducirlas</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
a solo un infinito</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
algo más manejable.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Volvió pues al principio</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
y sigue buscando</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
la fórmula para</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
un límite o profundidad</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
que quizá no existan.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
C. I</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/?hl=es" target="_blank">Imagen</a></div>
Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-7906368569534315532017-10-25T21:06:00.001+02:002017-10-25T21:06:34.280+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-gm8uS8lm1IQ/WfDekIfwY8I/AAAAAAAAAhY/YRL5eJScCeUbRmqkiXYAhHSRaWY-YcGEgCLcBGAs/s1600/MMar%2Bnadando.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1222" height="167" src="https://2.bp.blogspot.com/-gm8uS8lm1IQ/WfDekIfwY8I/AAAAAAAAAhY/YRL5eJScCeUbRmqkiXYAhHSRaWY-YcGEgCLcBGAs/s320/MMar%2Bnadando.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<b><br /></b>
<b>Nadar</b><br />
hacer cumbre<br />
sobre toda profundidad<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C.I</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.instagram.com/carlos.izquierdo1/?hl=es" target="_blank">Imagen</a></span></div>
Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-40540297449691715572017-07-17T16:54:00.003+02:002017-07-17T16:56:09.434+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-skv1TbQLuns/WWyyH91syaI/AAAAAAAAAhE/Tpn4e683P5E3CVcIWlISva0HohXqfw0uACLcBGAs/s1600/IMG_2332.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-skv1TbQLuns/WWyyH91syaI/AAAAAAAAAhE/Tpn4e683P5E3CVcIWlISva0HohXqfw0uACLcBGAs/s320/IMG_2332.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<b>Una hoja cae</b><br />
y hay un temblor de tierra<br />
imperceptible<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-25869383707346961132017-06-05T12:29:00.001+02:002017-06-05T12:38:30.642+02:00Mediodía, de Víktor Gómez<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-QELG0byWuvA/WLnHIx135qI/AAAAAAAAAgg/jCJp4I1SghMAtfv_nOjQOhQTIoSlc_oFwCLcB/s1600/1-portada_mediodia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-QELG0byWuvA/WLnHIx135qI/AAAAAAAAAgg/jCJp4I1SghMAtfv_nOjQOhQTIoSlc_oFwCLcB/s400/1-portada_mediodia.jpg" width="268" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
I</div>
<br />
Víktor Gómez puede vivir en los huecos. Cultiva, con una escritura que al tiempo que ejercicio intelectual es itinerario de vida, una ausencia: una desaparición de sí mismo para dejar espacio al otro, a los otros, al prójimo. En esto el poeta, como su libro, es extremadamente generoso. Y quizá por eso haya ido modulando a lo largo de su sólida trayectoria poética una voz muy personal cuya característica más acusada para quien esto escribe –y ya señalaba en la reseña a uno de sus libros anteriores, <a href="http://carlos-izquierdo.blogspot.com.es/2014/03/pobreza-de-viktor-gomez.html" target="_blank">Pobreza</a>– es la cesura: esas aberturas de silencio entre unos versos que, dispuestos horizontalmente, se suman unos a otros formando muros de resistencia. Pero la desaparición que Víktor Gómez se impone a sí mismo, la ausencia en la que se adentra, no surge en él como concepto negativo de pérdida o de abandono, sino como cesión generosa y necesaria para proveer a los demás de un espacio en el que puedan ser. Ausencia como eliminación de los conflictos, de los egoísmos, de los obstáculos y de las rémoras que impiden un futuro más pleno y luminoso.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
II</div>
<br />
<i><a href="https://www.eolasediciones.es/catalogo/coleccion-tercer-gesto/mediodia/" target="_blank">Mediodía</a></i> está concebido –aunque el trabajo exigente sobre el lenguaje y la forma lo enmascare– como un panfleto político, algo que el autor reconoce sin ambages ("<i>con este panfleto evidencio...</i>", nos dice en cierto momento). Y esta circunstancia, lejos de rebajar su calidad, lo alza a la categoría de los textos programáticos que apuntalan una lucha. Panfleto político, pues, en ese sentido originario de documento de denuncia y de llamada al cambio en la tradición más honda de los intelectuales comprometidos que aspiran a despertar la conciencia cívica. Pero el poemario, debemos advertirlo, plantea la lectura como un reto. Hemos dicho ya que el trabajo sobre el estilo es exigente, adivinamos que extenuante incluso para el poeta, pero en absoluto es complaciente con el lector. El lenguaje se acera en lo misterioso, se templa en una ardua sintaxis cuya complejidad no es gratuita ya que crea la forma necesaria para engastar en ella imágenes poderosas, ráfagas deslumbrantes de pensamiento, brillos de ternura que se extraen de las profundidades del antelenguaje porque no pertenecen a ningún idioma.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
III</div>
<br />
Las citas y las intertextualidades que el poeta ubica cuidadosamente en <i>Mediodía</i> constituyen nervaduras secretas de los motivos que sustentan la arquitectura de este largo poema fraccionario. Así, en uno de los poemas más esclarecedores Víktor Gómez nos participa un pensamiento de Rocío Silva que, apenas leído, nos transmite la certeza de que ha sido hondamente interiorizado por él: "<i>el hombre más pobre del mundo es una mujer</i>". Caemos entonces en la cuenta de que <i>Mediodía</i> mantiene un íntimo diálogo con la feminidad como fuerza salvífica del mundo, secularmente subyugada, y de que todo el poemario hace "<i>morada en los alfabetos de las niñas sin pistola // de los niños sin corona</i>". Pero llevando más allá las consecuencias, descubre que ese –llamémosle así– pecado original extiende la pobreza moral del mundo a los niños, a los ancianos, a los inmigrantes, a los desposeídos, a esos "<i>cuerpos ahogados en las orillas de Europa</i>".<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
IV</div>
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<i>Mediodía</i> es una incisión violenta de luz cenital sobre las oscuridades y sobre las penumbras de un sistema que oprime a aquellos que no entran en la lógica economicista o de poder. A aquellos que el Papa Francisco, y aquí la cita es mía, ha calificado como víctimas de la sociedad del descarte.<br />
<br />
A través de esas imágenes poderosas y tiernas, profundas y a veces de gran dureza, se van destruyendo por la vía de la humana emoción los falsos presupuestos de lo inhumano y se despierta una conciencia adormecida por la adaptación al medio, que no es más que la adaptación del miedo, ese recurso básico de supervivencia. Pero todo el poemario no deja de ser un balbuceo tratando de expresar algo inefable, lo que en absoluto es un fracaso porque, como dice el que a mi juicio es uno de sus versos capitales, "<i>el peso del mundo se sostiene por la sustancia de lo indecible</i>". Y la sustancia, por definición, no es un accidente. Toda gran poesía surge de la impotencia de decir lo que más hondamente se siente.Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-38705690115959971652017-05-30T21:28:00.000+02:002017-05-30T21:28:27.269+02:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-F7mx5qHoPgU/WS3FTGdmCaI/AAAAAAAAAg0/3muEdAc-SaYM99Jys37Sv1ogp0Mt4k7VgCLcB/s1600/IMG_0940.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://2.bp.blogspot.com/-F7mx5qHoPgU/WS3FTGdmCaI/AAAAAAAAAg0/3muEdAc-SaYM99Jys37Sv1ogp0Mt4k7VgCLcB/s320/IMG_0940.JPG" width="240" /></a></div>
<br />
<br />
<b><br /></b>
<b>Negación del espejo el cristal</b><br />
transparente negación<br />
del cristal el aire<br />
apostasía abjuración<br />
del reflejo asomarse<br />
<br />
a un fondo que no es duplicidad<br />
–apertura sin fondo amplitud–<br />
reconocerse en todas las facciones<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
C. I</div>
<br />
<br />
(De <a href="http://www.amargordediciones.com/producto/exodo-carlos-izquierdo/" target="_blank"><i>Éxodo</i>, Amargord Ediciones</a>)<br />
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<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.instagram.com/p/BUP1pIkAqZi/?taken-by=carlos.izquierdo1" target="_blank">Fotografía propia</a></span><br />
<br />Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-338439882695253642017-03-16T22:04:00.000+01:002017-03-16T22:17:36.001+01:00Presentación de "Éxodo"<br />
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<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/6q4xdR8kUBA" width="560"></iframe></div>
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Un pequeño fragmento de la presentación de "<a href="http://www.amargordediciones.com/producto/exodo-carlos-izquierdo/" target="_blank">Éxodo</a>" en la <a href="http://libreriaprimado.blogspot.com.es/" target="_blank">Librería Primado de Valencia</a>. Gracias a Miguel Morata por su hospitalidad. A <a href="https://www.facebook.com/ViktorGomezValentinos?fref=ts" target="_blank">Víktor Gómez</a> por su generosidad. Y a todos los que nos acompañasteis a Ricardo Pochtar, a Julio Obeso y a mí.Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-45990264843903548962017-03-03T20:40:00.000+01:002017-03-03T21:08:27.840+01:00Presentación de "Éxodo"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-FmTv4Av9MuM/WLnCNpGDxGI/AAAAAAAAAgU/3_Kt0bcrg4sJvVaaD__gMQSBkiIRzjdpACLcB/s1600/IMG_9817.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://2.bp.blogspot.com/-FmTv4Av9MuM/WLnCNpGDxGI/AAAAAAAAAgU/3_Kt0bcrg4sJvVaaD__gMQSBkiIRzjdpACLcB/s400/IMG_9817.JPG" width="400" /></a></div>
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<br />
El próximo martes día 7 de Marzo, a las 20,00 horas, presentaré <a href="http://www.amargordediciones.com/producto/exodo-carlos-izquierdo/" target="_blank">Éxodo</a> en <a href="http://libreriaprimado.blogspot.com.es/" target="_blank">Librería Primado</a> de Valencia, junto a Ricardo Pochtar y Julio Obeso. Todo un honor compartir cartel con estos dos figuras. La lectura merecerá la pena más por ellos que por mí, así que recibiremos con los libros abiertos a quienes queráis acompañarnos. Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6308265519694761016.post-24787042988068511492016-12-25T14:05:00.001+01:002016-12-25T14:05:12.027+01:00Estrella de la Natividad, de Joseph Brodsky<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-ZqpSSX5B5Ac/WF_DpDXXXqI/AAAAAAAAAd4/TCIIbLU1wCESjWTULNwKTTxbZxsphoOKQCLcB/s1600/IMG_9575.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-ZqpSSX5B5Ac/WF_DpDXXXqI/AAAAAAAAAd4/TCIIbLU1wCESjWTULNwKTTxbZxsphoOKQCLcB/s320/IMG_9575.JPG" width="320" /></a></div>
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<br />
En la estación fría, en un lugar habituado al calor más que<br />
al frío, a la planicie más que a la montaña,<br />
nació un niño en una cueva para salvar al mundo:<br />
soplaba el viento como solo sopla en invierno en los desiertos: a la contra.<br />
<br />
Para Él, todo resultaba enorme: el pecho de Su madre; el vaho<br />
exhalado por los bueyes; Gaspar, Baltasar, Melchor –el equipo<br />
de Magos, cuyos regalos se amontonaban en la puerta entreabierta.<br />
Él no era sino un punto, y un punto era la estrella.<br />
<br />
Penetrante, sin pestañeos, a través de pálidas, extraviadas<br />
nubes, sobre el niño en el pesebre, desde muy lejos –<br />
desde la profundidad del universo, desde su opuesto confín– la estrella<br />
contemplaba el interior de la cueva. Y era esa la mirada del Padre.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
Joseph Brodsky</div>
<br />
<br />
Traducción: C. I<br />
<br />
Original: <a href="https://www.poetryfoundation.org/poems-and-poets/poems/detail/57943" target="_blank">aquí</a>Carlos Izquierdohttp://www.blogger.com/profile/16485635415875829907noreply@blogger.com0